Empieza a sonar esa canción que te produce una sensación indescriptible cada vez que la oyes, que no tienes manera de explicar porque realmente, cada vez experimentas un sentimiento diferente.
Y de repente, te das cuenta que te has quedado paralizada, immóvil, y lo único que puedes hacer es mirar esos ojos marrones preciosos que tienes delante tuyo. De fondo, sigue sonando esa canción, aunque parece que todo es uno, y ese uno te domina. No respondes a nada.
Y en ese preciso instante te das cuenta de la fragilidad de todo. El tiempo, el espacio, la vida se para pero a la vez te pasa por delante. No sabes que hacer, ni que decir, o más bien, no puedes hacer ni decir nada. Empiezas a llorar, no sabes si de emoción, de alegría o de tristeza: todo se mezcla. Tienes pensamientos positivos, negativos, reveladores, que más da.
Somos aire, somos frágiles, somos amor, somos odio. Somos... vida y muchas veces nos encontramos perdidos en el mar, sólo hace falta encontrarnos, o que nos encuentren.
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