Como si no existiera. No soy ni quiero ser el centro del mundo, aunque sé que a veces un poco de egocentrismo y narcisismo no viene mal, pero ahora no es el momento.
En cambio, sí es el momento de poder llorar junto a alguien, no sola. Sí es el momento de explicarle a alguien lo que (me) pasa, no a nadie. Sí es el momento de expresarle a alguien lo que siento, no a una hoja de papel. Unos le llaman tener un hombre al cual apoyarse, otros le llaman tener un amigo con el que llorar, algunos le llaman tener a alguien especial. Yo sólo necesito alguien que me mire, no se canse de escuchar y me abrace hasta que pare de llorar. Me gustaría soñar con alguien que me entendiera, me supiera consolar porque me comprende. Pero yo no pido nada de eso, seria desear demasiado, y hasta aprovecharme.
Sólo necesito alguien que almenos no me haga sentir que todo lo hago mal, y que es posible que cuando le llame me coja el teléfono, que no siempre cojeré el autobús sola a las nueve de la noche, que no tendré porque ver una película sola, o ir a comprar cualquier CD sin compañia, que no deberé sentirme sola, porque almenos esa persona me escuchará, o simplemente, no me dejará.
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