Creí estar loca al aceptar hacer unas siete horas de cola para ver a un grupo, no soy de venazos grupies ni mucho menos, pero una nueva experiencia no puede hacer daño a nadie, y así fue. Rodeados de gente y cartones pasamos la mayor parte del día entre vallas. Sobre las cinco y media nos hicieron ponernos de pie, y el tiempo se hizo todavía más eterno, pero a partir de las siete, la cosa cambió. Abrieron las puertas, nos registraron (la organización, todo se tiene que decir, genial, hacia tiempo que no iba a un concierto tan bien organizado) y entramos. Con cinco minutos de retraso empezaron Louis XIV, un grupo que si no me equivoco a bastantes no les sonaba y otros sólo sabiamos de su existencia y de una o dos canciones suyas, pero la clavaron. Nos animaron a todos y tocaron muy, muy bien, reconocer que hasta se me hizo corta su actuación. Dejando de banda ya a los magníficos teloneros, y después de unos tres cuartos de hora de espera y unos quince de retraso, salieron ellos. Y como salieron. Siendo sincera, me esperaba ver a un grupo soso, con un directo no muy bueno, pero me dieron una buena lección. Empezaron ya con el popular Human con el cual nos autodemostramos que en ese momento eramos más dancer que human. Siguieron con This Is Your Life, Somebody Told Me y fueron intercalando canciones de todos sus CD's. Canciones como Smile Like You Mean It, Sam's Town con un Brandon en el piano, o Read My Mind hicieron que todo el pavellón se emocionara como nunca, todo gracias a unos músicos buenos y un cantante que pese algun gallo que otro cantó especialmente bien, y con sus sonrisas, sus bailes y sus movimientos animó al máximo todo el público y transmitió todo lo que creo que queria transmitir. El concierto acabó con un When You Were Young apoteósico, impresionante, la culminación de un concierto casi perfecto.
Muchas gracias señor Flowers and co.
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