domingo, 13 de abril de 2008

Comptine d'un autre été

Me dieron 30 millones de dólares y un pasaporte falso por matarte. Era sencillo: si necesitaba alguna cosa se lo pedia a ellos, ellos me lo proporcionaban, te eliminaba del mapa y punto y final.
No lo hice por el dinero, lo hice por mi. Siempre me han enseñado que matar es pecado, que no es ético, que es de alguien que no tiene moral. Tu me arrebataste toda mi moral y ética, esta era mi oportunidad de que me la devolvieras.
Antes de hacerlo se me pasaron por la cabeza mil ideas de como hacerlo: me di cuenta de que o estaba enferma mentalmente o realmente me perturbaste la mente hasta limites insospechados. Me fascinaba la idea de montar una verdadera escena de tipica pelicula gore. Miles de ideas cual más macabra que otra, pero no me decidia por ninguna. Todo parecia una pelicula, pero era la realidad. Parecia subrealista, pero no me la queria jugar. Eso me hizo dejar a una banda mis sueños y centrarme en algun plan un poco menos sangriento que todo lo que habia pensado hasta ese momento.
No fue fácil pero al final supe que hacer. Cuando me di cuenta ya habian pasado dos meses des de la propuesta; el tiempo se me hechaba encima. Pedí que me proporcinaran una pistola cualquiera, en dos dias la tube. Me llamaste como cada viernes a las siete y media, sabias que nunca te lo cojia, pero esa vez te lo cojí.
Tu voz fue la que me esperaba: realmente sorprendido. Los dos sabemos que no me llamabas para arreglar las cosas; te conozco demasiado y a mi no me podias engañar. Pero tu no me conocias tanto, pensabas que conseguirias hacerme pensar que te importaba y que me estaba comportando como una furcia, querias hacerme sentirme mal, que todo el mundo viese lo mala que era contigo, pero conmigo nunca lo conseguiste, soy más fuerte que tú.
Te dije de ir a cenar el sabado a tu casa. Me dijiste que sí. Tu mente perversa, sucia y asquerosa pensaba en recorrer mi cuerpo, en poder follarme durante toda la noche. Cada segundo que pasaba de la corta conversación que tubimos se sentia tu respiración más fuerte Tu cabeza sólo pensaba en el dia siguiente por la noche, en como disfrutrias conmigo, en como me violarias, en lo mejor que seria respecto a la otra vez. Mi mente distorsionada y macabra pensaba en como disfrutaria al ver que desaparecias de este mundo.
El dia siguiente me presenté a tu casa media hora antes de la acordada, con ese vestido negro con escote que me regalaste y unas botas de talón. Al entrar por la puerta me miraste de arriba a abajo, cerraste la puerta y fuiste directo a mis labios. Eso era de esperar, lo que no esperabas es que te correspondiera. Eso si te sorprendió. Cenamos en el salón en silencio, recojiste los platos y volviste al salón. Te me acercaste por detrás y empezaste a darme besos por el cuello. Fuiste subiendo y yo no reaccionaba. Me cojiste y me llevaste a la cama. Me desnudaste, estabas cada vez más ansioso y cada vez me estabas dando más asco. Ya no podia más. Saqué del bolso que habia dejado al lado de la cama la pistola y te apunté a la cabeza. Me preguntaste que coño hacia, que si me habia vuelto loca, que de donde habia sacado eso... No tenia ganas ni fuerzas para contestarte.

Ahora era yo la que iba a disfrutar.

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