miércoles, 25 de junio de 2008

505

Por fin había llegado el día que tanto esperaba, cuatro años asqueada daban ya su fruto.
Sabiamos que algunos se iban, otros nos quedabamos, pero al fin y al cabo acababamos esa etapa. Parecía que nunca podrian llegar esos momentos, pero llegaron. Las primeras horas fueron geniales, todos de buen humor, riéndo juntos como nunca, recordando el tiempo transcurrido, miles de anéctodas, classes,... Fueron pasando las horas, como no, entre juegos, canciones y más anéctodas y sin darnos cuenta, llegó el momento.
Desde hacia dias me habia tomado la molestia de imaginarmelo. Una despedida emotiva, toda la classe dejando de banda sus diferencias y deseandose lo mejor para ese futuro porqué no decirlo, incierto. Pero no fue así. Siguendo la línea de esos años, nos dispersamos, cada uno por su banda. Pero está claro que el destino no me quería dejar así y me dejó despedirme de los más queridos. Ver a tus mejores amigas despedirse y saber que nunca más las tendrás esperándote a que acabes un exámen para salir al patio, que nunca más les explicarás cualquier cosa que no entiendan, o al revés, es realmente triste. Las lágrimas empezaron a rodar por vuestras caras, pero yo me mantení fuerte, neutra.
Pero apareciste tú.¿Sabes? Siempre me imaginé ese momento. Me cojerías y me dirias que me quieres, que quieres pasar toda la vida conmigo. Pero no fue así. Te me acercaste, me dijiste adiós y me diste dos simples besos. Tu mano rozó la mía, no sé si por casualidad o no, pero fue la mejor caricia que nunca me has hecho. Me pasaron por la cabeza todos los momentos vividos; desde el primer beso hasta el último. Tres meses viéndonos a escondidas, en cualquier rincón del colegio, en cualquier ensayo... no se olvidan así como así. No te he querido cómo tal, pero me has proporcionado una paz que nadie me ha podido dar nunca. Y despues de ese momento me fuí, y veía mis lágrimas a punto de precipitarse en el abismo, me intenté contener y lo conseguí.
En ese momento apareció él y me di cuenta que de verdad no te quería. Y fue todo fácil. Vino a despedirse aunque no se iba, me dio dos besos. Y me puse a llorar, y sin decir nada me abrazó, y no me soltó nunca más.

miércoles, 18 de junio de 2008

La décadence

Poco a poco, sin prisa...
Poco a poco, con pausa..
Poco a poco, disimuladamente...
Poco a poco, va penetrando hasta el fondo...
Es ágil, listo, ingenioso,
tiene todas las cartas a su favor,
lo intentarás, pero siempre te ganará.
No hay vuelta atrás, te tiene agarrada.
Y en ese momento todo empieza.
Y desearias que ya hubiera acabado.
Ese dolor... no lo puedes explicar.
No se va, por muchas pastillas que te tomes
o por mucho que lo intentes olvidar, no se va.
Te destroza sin piedad, sin miramientos,
hasta que te hace escupir un "¿que más da?"
Aún así, todavía no está contento,
y quiere más, y más...
y deseas que todo se acabe ya..