martes, 23 de noviembre de 2010

Rebellion (truths)

Domingo, 16.00 horas, Palau Sant Jordi y poca cola. Horas de espera y mucha, mucha expectación, a parte de frío, está claro. Las dos filas que se formaron delante del Palau se fueron haciendo más y más largas hasta que, sobre las 19.30 horas, las puertas se abrieron, y todos, sin ningún tipo de excepción, empezamos a correr, porque aunque no lo sabiamos, puede que para más de una, dos, tres o cuatro personas ese fuese el mejor concierto de su vida.
Fucked Up, abrieron la noche sobre las 20.30 horas. Personalmente, todavía no sé que pensar de este grupo, quiero decir, se apagan las luces, aparece un grupo con integrantes a primera vista de cualquier grupo indie/alternativo: camisas de cuadros, pantalones de pitillo, gafas de pasta... y de repente, aparece de la nada un señor con una barriga más grande que la de Obélix, una barba digna de Poseidón y vestido con un chandal. Si hasta ese momento la cosa ya era extraña, no puedo describir mi estado (y creo que el de la mayoria tampoco) al verlo bajar del escenario y metiéndose por entremedio del público, haciendo servir dos vasos de plástico como cuernos o dándo besos a personas en primera fila. ¿Qué si eran buenos los teloneros? La verdad es que no lo sé, pero lo que es entretener, entretenían.
Y llegó el momento. Diez minutos después de lo anunciado, el Sant Jordi se vió abducido por una pequeña luz provinente del escenario y, poco a poco, fuimos divisando los ocho componentes que aquella noche del 21 de noviembre, nos hicieron soñar, emocionar y llorar.
Arcade Fire empezó con fuerza con Ready to Start, seguida de la ya mítica Neighborhood #2 (Laika) junto con Haiti. Fueron repasando sus tres trabajos, dando mayor importancia, por su puesto, a su último álbum: The Suburbs. Uno de los puntos más álgidos del concierto seguramente fue We Used to Wait, dónde Win Butler bajó del escenario y se acercó al público. La traca final antes del bis estubo compuesta por la enérgica Month of May, dónde más de uno descargó toda su energia bailando y continuaron con la emocionante Neighborhood #1 (Tunnels). En el bis, pudimos disfrutar de Keep the Car y finalizó con Wake Up, dónde, por un momento, las 10.000 personas que llenaron el Sant Jordi se unieron para cantar como una sola voz.

No hay ninguna duda que los que estuvimos el domingo pasado en el concierto de
Arcade Fire vivimos algo indescriptible: me atrevería a decir que fue algo así como una experiencia religiosa, espiritual... Así pues, queda demostrado que la banda canadiense es EL grupo del momento. Y que dure.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Jo

Hoy, en resumidas cuentas, echo de menos a una persona. ¿Cómo la he llegado a echar de menos? Bueno, cuando hace tiempo que no ves a un amigo lo echas de menos. Además, en mi larga vuelta de la universidad, entre posibles desempleados, jubilados y otros universitarios con la misma suerte que yo de acabar las clases antes de lo previsto, gracias a su horario, o bien, gracias a su decisión de haber asistido a suficientes clases por el día de hoy, ha empezado a sonar en mi iPod un disco, cuya primera canción dice algo acerca de ir París, algo de las propias decisiones y de vivir rápido y morir joven. Una canción que me recuerda a esta persona que echo de menos: Jo, Mariajo, Maria José, peliroja o como le quieras llamar.
Mariajo es una chica, como ya se puede suponer, peliroja. Se mudó hace unos meses desde su pequeña ciudad natal a Barcelona para estudiar una carrera que parece no gustarle mucho, pero bueno, todo es tiempo, ya encontrará lo que le guste. Lo que sí sabe que le gusta es bailar: creo que si fuese por ella, la vida sería un musical de esos en que la gente no para de bailar: por eso suele frecuentar salas de baile, discotecas. A veces, en esas discotecas, Mariajo conoce a chicos, a veces, sólo baila y se lo pasa bien. Si soy sincera, no tengo ni idea de qué tipo de chicos le gustan a Mariajo, quiero decir, no sé qué tipo de chicos acaban pasando la noche con ella. Lo que sí sé, es cual es su prototipo de chico: Freddie. Freddie es su chico: y no, no puedo describir Freddie. Describir a Freddie seria como intentar definir a Dios: no se sabe si existe y tiene tantas características que nunca acabariamos.
Pero ahora en serio, ¿por qué no podemos definir a Freddie? Porque creo que lo que sustenta a Freddie no es algo físico, si no totalmente químico.
Entre él y Mariajo, claro está.

martes, 2 de noviembre de 2010

Expectations

Hoy, he ido a clase de Psicología de la Comunicación. Psicología de la Comunicación es la mancha negra en mi nuevo y fantástico mundo: sí, por fin he encontrado algo que me guste, que me apasione, que me llene, que me haga feliz: estudiar Comunicación Audiovisual. Pero como siempre, nada es perfecto, y entre apuntes sobre travellings, planos, contenidos, significaciones y símbolos, cada martes y viernes de 11.30 a 13.00 encuentro esa maldita y odiada asignatura: Psicología de la Comunicación. Las clases son aburridas, la profesora es aburrida, el contenido es aburrido, la clase es aburrida. Así que hace semanas, opté por saltarme alguna que otra clase, hecho que me hace totalmente feliz y que también me llena de sentimiento de culpabilidad, pero que se arregla con una tarde a la semana en la biblioteca leyendo y pasando a apuntes los power points.
En resumen, que hoy he ido a clase de Psicología de la Comunicación aunque no me viniese de gusto ni fuese a sacar nada de provecho. Pero parece que sí que he sacado algo: indignación. Y es que, señoras y señores, según la psicología de la comunicación, tendimos a clasificar a la gente en categorias sociales y, según una profesora universitaria, eso es correcto. Quiero decir, años de lucha por la igualdad, por la desaparición de clases sociales... y una profesora universitaria cree correcto enseñarles a sus alumnos que clasificar y juzgar a una persona por su forma física, por su apariencia, es correcto. No sé usted señora Castrechini, pero ya no vivimos en los años 50 y ya no discriminamos a su gente por su raza, color, religión o profesión. Lo siento, pero el limpiacristales que hoy ha puesto de ejemplo que estaba limpiando una ventana, podria ser un hombre con intereses mucho más válidos que los suyos.
Ah, y si entramos en su magnífico puesto, váyase despidiendo, porque aquí los sudacas no tienen estudios ni son profesores universitarios. O, como es su caso, ¿debemos derribar esas barreras que usted no decide derribar?