miércoles, 13 de agosto de 2008

Concierto para dos

Nos esperaba una noche loca, como las de antes, tu y yo, a solas. Un pequeño piso con sitio para dos, pizzas al microondas, alguna que otra cerveza de esas que nunca nos han gustado pero siempre hemos tomado. Un tarro de helado de dulce de leche, aunque no era ni por asomo la cosa más dulce que habia en ese habitáculo de apenas cincuenta metros. Dos entradas para nuestro grupo, de esas baratas de ocho euros, ya sabes, a las diez puntuales o allí no entra ni dios.
Y empezaba nuestro íntimo festival. Des de fuera podria parecer una orgía seguramente, tantos cuerpos juntos en una pequeña sala, moviendose arriba y abajo, al son de los gritos de un cantante más bebido de lo normal. Pero estabamos los dos, todo eso no importaba, y es que el concierto era para dos, tu y yo, como siempre habia sido, y nada más. Todo se paraba cuando estabas a mi lado, el mundo entero desaparecía y eso es lo que estaba pasando por última vez. Fue la mejor hora y media que nunca habia pasado a tu lado, cada segundo que pasaba, que vez que me rozabas, cada beso que me dabas, me dejaba sin aire y mi corazón se paraba. Y quería que nunca se acabara, estar a tu lado para siempre, con quien soñaba cada noche,
porque es a tí a quien amaba. Pero llegó la hora, ese momento que tanto habiamos hablado pero que nunca me podía acabar de imaginar.
Te ibas, te ibas para siempre.
Y no volverias jamás.

No hay comentarios: