Es curioso ver como la gente cambia. Las rubias se vuelven morenas, las morenas pelirojas y las pelirojas, castañas. Los pantalones de campana pasan a pitillo, y de pitillo a campana. Los goticos a emos, los emos a modernos, y los modernos... en fin, los modernos pasan a viejas reliquias al cabo de dos meses. Los pequeños científicos de clase que hace dos años te ayudaban con las ecuaciones de segundo grado ahora son medicos en el hospital de Sant Pau, o quizás en el de Barcelona. La chica tímida de clase se ha casado con un chico que conoció en la universidad y tienen dos hijos preciosos, rubios como ella. El grupo con el que salias de vez en cuando por el pueblo se ha ido dispersando: una se ha ido a vivir al pueblo de su abuela, otros dos son pareja (¡menos mal que se llevaban a matar!), tres de ellos restan perdidos... Tu en cambio, sigues igual. Ya sabes, tu habitación con posters de hace diez años, tus cd's, tu amiga del alma, tus camisetas, tus pantalones, tus zapatos malgastados, tus tonterias, tus sueños... Parece que nada a cambiado. Eso está bien, o quizás no. Todo tu alrededor ha evolucionado, ha continuado un proyecto empezado, y tu sigues igual. No querias cambiar, y no has cambiado, pero ese era el punto de vista de una adolescente metida en su mundo, no el punto de vista de una persona adulta.
Quizás es momento de replantear las cosas.
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2 comentarios:
changes sucks!
hola
soy la marta de repaso
que sepas, que aunque no te lo diga, eres muy buena profesora y me caes muy bien porque las dos pensamos cosas muy parecidas y no somos del montón aunque a ti te va la musica y a mi el arte
porcierto, tienes razón la gente canvia...
dew
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