martes, 26 de enero de 2010

Dis(as)córdia

Hace días que el pequeño pueblo de Ascó, cómo ya todo el mundo sabe, situado en la Ribera d'Ebre, Catalunya, es titular en todos los teleinformativos y portada en todos los diarios, no sólo a nivel autonómico, sino estatal. El motivo, cómo todo el mundo sabe, es la posible ubicación de un cementerio nuclear. Un cementerio nuclear que puede provocar graves enfermedades en los casi 2000 habitantes de esta localidad, un cementerio nuclear que puede contaminar todavía más este paraje. Un cementerio nuclear que dará trabajo a unas 300 personas durante la construción, y a un centenar cuando esté contruida, es decir, más o menos un 25% del total de la población. Un 25% bastante importante, teniendo en cuenta que estamos en tiempos de crisis. Un cementerio nueclar que, al fin y al cabo, tiene que estar en algún sitio.
Parece que este tema ha dejado de ser cuestión del pueblo, ya que són los habitantes quiénes soportarán las consecuencias de esta construcción, y ha pasado a ser tema de debate de cualquiera. Políticos, no sólo de otros pueblos, sino de otras províncias han protestado, alegado y criticado. Los partidarios a ubicar en otro sitio el cementerio se han encontrado con los aliados perfectos: políticos que, al parecer, no tienen nada más que hacer que insultar y ser tan hipócritas cómo para pedir que el cementerio no se haga en Catalunya. Hipócritas porque no tienen ningún tipo de verguenza al pedir que los residuos vayan a parar aotro sitio que no sea Catalunya, "que se los cargue otro lugar", y porque lo único que hacen es ir en contra de la oposición (curiosamente el alcalde de Ascó es de CiU, y la mayoria de políticos protestantes de ERC). Cómo siempre, queda demostrado que en la política todo se mueve por interés.
Dejando de banda a mi parecer la ridícula actuación de los políticos pero aún dentro del tema, me gustaría remarcar algo que todo el mundo parece haber obviado en este ir y venir de críticas: los argumentos. Está bien posicionarse y defender la causa, pero almenos den argumentos. En todos los articulos que leo, reportajes que veo, echo en falta un biólogo, físico, experto nuclear, lo que sea, apoyando o rechazando el cementerio. ¿De verdad se puede ya no digo decidir, sino opinar, defender, un tema así sin consultar expertos? ¿Sin argumentos fundamentados? Quizás a las personas que sólo buscan meter zizaña les sirve, pero creo estar segura que a la mayoria no.
Está claro que a mi parecer (ya que todo el mundo parece tener derecho a opinar) es algo necesario: los residuos se tienen que ubicar en algún sitio, Ascó ofrece ese sitio y a cambio se les da dinero y trabajo. Nadie obliga a nadie y nadie sale perjudicado en el cambio. Además, no podemos pretender querer todas las comodidades del mundo y no pagar nada a cambio. Nunca hemos sabido hacer un uso razonable de la energia, hemos encontrado otros métodos para producir más y hay que cargar con las consecuencias. Y no digo esto porque no me afecte a mi directamente: me atrevo a afirmar sin ninguna duda que si mi ciudad estubiera dispuesta a almacenar tales productos votaría por un sí claro y contundente.

Esta mañana ha tenido lugar el pleno en el que han decicido presentar el proyecto o no. Sólo espero que haya ganado la opinión del pueblo de Ascó, ni la de los políticos ni la de ninguna asociación, y que por una vez, sea el pueblo el que decida.

1 comentario:

Teresa dijo...

com tu dius, ha decidit el poble d'ascó, i ha guanyat que si!

:)