miércoles, 17 de noviembre de 2010

Jo

Hoy, en resumidas cuentas, echo de menos a una persona. ¿Cómo la he llegado a echar de menos? Bueno, cuando hace tiempo que no ves a un amigo lo echas de menos. Además, en mi larga vuelta de la universidad, entre posibles desempleados, jubilados y otros universitarios con la misma suerte que yo de acabar las clases antes de lo previsto, gracias a su horario, o bien, gracias a su decisión de haber asistido a suficientes clases por el día de hoy, ha empezado a sonar en mi iPod un disco, cuya primera canción dice algo acerca de ir París, algo de las propias decisiones y de vivir rápido y morir joven. Una canción que me recuerda a esta persona que echo de menos: Jo, Mariajo, Maria José, peliroja o como le quieras llamar.
Mariajo es una chica, como ya se puede suponer, peliroja. Se mudó hace unos meses desde su pequeña ciudad natal a Barcelona para estudiar una carrera que parece no gustarle mucho, pero bueno, todo es tiempo, ya encontrará lo que le guste. Lo que sí sabe que le gusta es bailar: creo que si fuese por ella, la vida sería un musical de esos en que la gente no para de bailar: por eso suele frecuentar salas de baile, discotecas. A veces, en esas discotecas, Mariajo conoce a chicos, a veces, sólo baila y se lo pasa bien. Si soy sincera, no tengo ni idea de qué tipo de chicos le gustan a Mariajo, quiero decir, no sé qué tipo de chicos acaban pasando la noche con ella. Lo que sí sé, es cual es su prototipo de chico: Freddie. Freddie es su chico: y no, no puedo describir Freddie. Describir a Freddie seria como intentar definir a Dios: no se sabe si existe y tiene tantas características que nunca acabariamos.
Pero ahora en serio, ¿por qué no podemos definir a Freddie? Porque creo que lo que sustenta a Freddie no es algo físico, si no totalmente químico.
Entre él y Mariajo, claro está.

2 comentarios:

Jo G. dijo...

com t'estimo nena :)

Jo G. dijo...

per cert m'ha encantat això del ball i en Freddie, tens tanta raó!!