lunes, 2 de agosto de 2010

I lost my friend in an earthquake

Como cualquier sábado de mi vida a las cuatro y media de la tarde, me encontraba en el tren dirección Barcelona para encontrarme con mi amiga. Nos conociamos desde hacia un par de años y cada sábado por la tarde nos encontrabamos en el centro de Barcelona, tomabamos un café y hablabamos sobre todo en general y nada en particular: sobre el sentido de la vida, sobre la existencia humana, la música de los 70 y el cine de Woody Allen.
Ese día, mi amiga llegó tarde, cosa que no solía hacer. Se disculpó alegando su retraso a las pocas ganas de su gato de salir del baño, y como era de suponer, no podía dejar a su pequeño gato Charlie encerrado en el lavabo, ya que podía ahogarse en la taza del váter.
El siguiente sábado, mi amiga apareció con el pelo teñido de negro. Argumentó que su cambio repentino de rubia natural a morena fue causado por la ruptura con su novio de toda la vida, Jorge, quién odiaba a las morenas. Así, según ella, sabiendo que él, aunque la viera, no sentiria ningún tipo de deseo sexual hacia ella, la fase de desesperación y tristeza pasaria más rápido.
Dos sábados después, cuando entramos en el bar de siempre y me disponía a pedir el café con leche de siempre, mi amiga pidió una coca-cola. Intentó convencerme que yo tomara otra y se defendió recordándome que era junio, que ya empezaba a hacer calor y que no apetecia tanto un café con leche caliente.
El mismo viernes, mi amiga me llamó para cancelar nuestra cita de siempre en el sitio de siempre, excusandose, ya que veía como un terremoto se acercaba a su casa y las previsiones anunciaban que no desaparecieria de su zona hasta dentro de tres semanas. Yo, incredúla, pensé que era una excusa para no quedar conmigo porque ya no debia ser interesante para ella.
Hoy, después de un mes, y en lunes, he vuelto a ver a mi amiga. Su pelo estaba encrespado, su ropa medio rota y su mirada se perdía en el horizonte. Un terremoto se ha llevado a mi amiga, no sé si ese viernes o mucho antes, el caso es que creo que no la volveré a recuperar.

2 comentarios:

Jo G. dijo...

al igual no l'havies vist mai! uaa jajaj :)

tempus fugit à pressa dijo...

, mi amiga pidió una coca-cola. Intentó convencerme que yo tomara otra y se defendió recordándome que era junio, que ya empezaba a hacer calor y que no apetecia tanto un café con leche caliente.
El mismo viernes, mi amiga me llamó para cancelar nuestra cita de siempre en el sitio de siempre, excusandose, ya que veía como un terremoto se acercaba a su casa y las previsiones anunciaban que no desaparecieria de su zona hasta dentro de tres semanas. Yo, incredúla, pensé que era una excusa para no quedar conmigo porque ya no debia ser interesante para ella.
Hoy, después de un mes, y en lunes, he vuelto a ver a mi amiga. Su pelo estaba encrespado, su ropa medio rota y su mirada se perdía en el horizonte. Un terremoto se ha llevado a mi amiga, no sé si ese viernes o mucho antes, el caso es que creo que no la volveré a recuperar.