domingo, 15 de marzo de 2009

Contracorrientes

En este lugar cada vez hay más gente y cada vez me siento más sola. No es nada personal, simplemente es una casualidad.
Llega el buen tiempo y eso se nota. Barcelona se llena de turistas (y autóctonos), y estos, a su mismo tiempo, llenan sus calles. La Rambla vuelve a estar intransitable, el metro lleno de italianos y japoneses, los quioscos vuelven a vender mapas... Y yo sigo andando
, pero ahora es realmente cuando me doy cuenta que voy a contracorriente.
Una massa de gente va en sentido contrario, pero esta vez no vale un "quizás son ellos los que van al revés, no yo". Esta vez voy yo al revés, esta vez soy yo la que está perdida, y no hay mapas ni ciudades desconocidas que valgan.
Siempre he creído saber donde estaba, pero eso no quiere decir que no esté perdida, aunque ha llegado un punto en el cual no sé si el problema es que estoy perdida o descarrilada. Creí haber tirado la toalla por voluntad propia. Por voluntad propia. Me vuelvo a equivocar. Creí poder volver a intentarlo, porque yo queria, porque yo soy la dueña de mi misma. Me vuelvo a equivocar. Y suma y sigue. Me engaño y me vuelvo a engañar, consciente o insconcientemente, y cada vez que descubro el engaño y en consecuencia una nueva verdad, me derrumbo más. No he tirado la toalla por voluntad propia, no puedo volver a intentarlo, no soy dueña de mi misma. Ya no soy nadie, me he consumido en mi propia miseria y ya no puedo escapar de ella. Sólo me queda esperar. Esperar a desaparecer del todo, esperar a que algo cambie y me haga reaccionar. Esperar.

Sólo me queda continuar andando a contracorriente, al margen de todo y de todos.

1 comentario:

Lorraine dijo...

pedazo de text neus *-*